- Extracto seco de fruto de acerola (Malpighia glabra L.)
Ayuda a aliviar los síntomas de los resfriados, gripes, bronquitis por su alto contenido en Vitamina C. Posee propiedades antihistamínicas adecuadas para tratar las alergias, ataques de asma y otros síntomas de alergia como estornudos y mucosidades. Además, resulta útil en el tratamiento de enfermedades respiratorias y ayuda a aumentar las defensas.
- Extracto seco de raíz de astrágalo (Astragalus membranaceus)*
Renueva las células y aumenta las defensas, constituyendo un gran tratamiento revitalizante para personas que pueden sufrir épocas de convalecencia, resfriados o procesos víricos con mucha facilidad. Se utiliza para tratar bronquitis, resfriados comunes, gripes, anemias, astenias primaverales, estrés y ansiedad. También resulta beneficiosa para equilibrar tanto el ánimo como el sistema nervioso, pues revitaliza y da fuerzas a tu organismo.
*El astrágalo apoya las defensas naturales.
- Extracto seco de esporocarpo de maitake (Grifola frondosa)
- Extracto seco de esporocarpo de reishi (Ganoderma lucidum)
- Extracto seco de esporocarpo de shiitake (Lentinus edodes)
El Reishi, Shiitake y Maitake tienen, por separado, propiedades beneficiosas para ayudar a mejorar el sistema inmunitario. Tomados juntos la sinergia entre los principios activos presentes naturalmente en estos hongos incrementa sus beneficios para las defensas.
Tienen capacidad inmunomoduladora, que permite regular naturalmente las defensas. ¿De qué manera? Impidiendo un descenso de las mismas en situaciones críticas. Contribuyen a lograr de manera natural un sistema inmunitario fuerte que permite prevenir enfermedades y hacer frente con fortaleza a contagios e infecciones. Esto se debe principalmente a la riqueza en β-glucanos de estos hongos medicinales, junto a otras sustancias que contienen de forma natural, entre ellos, un nutrido grupo de polisacáridos y enzimas especialmente relevantes para construir un sistema defensivo fuerte.
Además, son ricos en vitaminas C y vitaminas del grupo B, que aumentan la producción de células inmunes y tienen un importante efecto antioxidante y protector de las mismas. Esto contribuye a lograr un sistema de defensas fuerte que permite proteger al organismo de las amenazas de patógenos e infecciones. También ayudan a proteger las vías respiratorias, que es una de las vías de entrada más importantes de virus y bacterias.
- Vitamina E (acetato)*
Protege nuestro organismo de los radicales libres que causan la degeneración de los tejidos. Es cicatrizante y aumenta la producción de células de defensa, por lo tanto ayuda a combatir infecciones. Es muy útil en personas mayores con las defensas bajas. También se ha visto que tomar una cantidad suficiente de vitamina E ayuda a reducir las infecciones respiratorias.
*La vitamina E contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo.
- Cobre (gluconato de cobre)*
El consumo de cobre en el ser humano es necesario para el correcto funcionamiento de algunas enzimas que intervienen en procesos como el transporte del hierro en el flujo sanguíneo, el fortalecimiento de los huesos, el metabolismo de la glucosa; así como el funcionamiento del corazón, el hígado y el sistema nervioso e inmunológico.
*El cobre contribuye a la función normal del sistema inmunológico.
- Ácido fólico (L-metilfolato)*
Participa en la formación del ADN y de las proteínas implicadas en el sistema inmunitario. Su papel es tan decisivo que el déficit de vitamina B9 reduce la inmunidad celular en personas sanas de edad avanzada, mientras que si se repone esa carencia las defensas se normalizan.
*Los folatos contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario.