- Colágeno hidrolizado
Es la proteína más abundante de nuestro organismo. A medida que envejecemos, la capacidad de sintetizar disminuye y, en determinadas situaciones (sobrepeso, excesiva actividad deportiva,…), se acelera el desgaste. A partir de los 30 años los niveles de colágeno descienden y llegan las líneas de expresión, las arrugas y la falta de elasticidad. El colágeno, además, no tiene sólo una función estética pues es el soporte estructural del organismo, por lo que es indispensable para tu salud. Si se combina con vitamina C, magnesio o ácido hialurónico, el colágeno es genial para potenciar la salud de tus articulaciones, tendones, ligamentos, uñas y cabello.
- Magnesio (carbonato de magnesio y óxido de magnesio)
El magnesio es un mineral fundamental nutricionalmente hablando porque, además de cumplir un papel básico en el buen funcionamiento de los músculos y los nervios, ayuda a mantener la fortaleza de los huesos, el ritmo del latido cardiaco y refuerza el sistema inmunitario. Por tanto, la combinación del colágeno con el magnesio interviene en funciones vitales del organismo, como la regulación del sistema nervioso, el buen funcionamiento muscular y de los órganos y un correcto aporte de energía.
- Vitamina C (ácido L-ascórbico)
Ayuda a destruir los compuestos que fomentan la eliminación del colágeno, por lo que es un nutriente esencial en el metabolismo, mantenimiento y fijación del colágeno. Además, aporta elasticidad a la piel, contribuye a la hidratación de las células, aclara las manchas en la piel y previene los signos de la edad
- Ácido hialurónico
Nuestro organismo lo produce de forma natural y se encuentra en la piel, cartílagos y tejido conjuntivo. Ayuda a aumentar la firmeza de la piel y entre otras de sus funciones está la reconstitución de fibras y la capacidad de retener hasta mil veces su peso en agua, por lo que es un medio importante para mantener la hidratación de la piel.